K-pop como herramienta de escape emocional: ¿Es saludable?

Publicado el 17 de julio de 2025, 22:54

Escrito por: Danie

Todos, en algún momento, hemos necesitado un refugio. Un lugar —físico o emocional— donde poder respirar, alejarnos del caos, sentirnos vistos, comprendidos o simplemente distraídos. Para muchas personas, ese refugio se llama K-pop.

 

Y es que el K-pop es mucho más que música. Es color, energía, estética, historias, comunidad… y, para muchxs, también una tabla de salvación emocional. Pero ¿qué pasa cuando ese refugio se convierte en el único lugar seguro? ¿Es saludable usar el K-pop como una vía de escape constante?

Un consuelo en medio del ruido

En momentos de ansiedad, tristeza o estrés, encontrar consuelo en algo que nos da alegría puede ser una bendición. Escuchar tu canción favorita, ver entrevistas donde los idols muestran su lado más humano, sentirte parte de un fandom donde puedes ser tú mismx… todo eso puede ayudar a regular tus emociones, darte una pausa y hasta motivarte a seguir adelante.

 

No es raro que muchxs digan: “Gracias al K-pop no me sentí tan solx” o “Esta canción me salvó”. Y eso es totalmente válido. La música tiene el poder de conectar con partes profundas de nuestro ser.

¿Pero puede volverse una trampa?

borrosa. Cuando usamos el K-pop solo para evitar enfrentar lo que sentimos, o nos desconectamos del mundo real porque solo ahí nos sentimos bien, es momento de hacer una pausa.

 

No se trata de dejarlo. Se trata de equilibrar. De permitirnos disfrutar y sanar con la música, pero también buscar apoyo si hay emociones que nos abruman. Hablar, escribir, ir a terapia, poner límites… porque aunque el K-pop pueda contenernos, no debería cargar con todo lo que sentimos.

¿Pero puede volverse una trampa?

Como con cualquier escape emocional, la línea entre ayuda y evasión puede volverse borrosa. Cuando usamos el K-pop solo para evitar enfrentar lo que sentimos, o nos desconectamos del mundo real porque solo ahí nos sentimos bien, es momento de hacer una pausa.

 

No se trata de dejarlo. Se trata de equilibrar. De permitirnos disfrutar y sanar con la música, pero también buscar apoyo si hay emociones que nos abruman. Hablar, escribir, ir a terapia, poner límites… porque aunque el K-pop pueda contenernos, no debería cargar con todo lo que sentimos.

 

La música como puente, no como muro

 

El K-pop puede ser un punto de partida: para conocerte mejor, para expresar emociones, para conectar con otrxs. Puede ser el abrazo que necesitas cuando todo duele, pero también puede inspirarte a salir, buscar, crecer.

 

No estás mal por refugiarte en algo que amas. Solo recuerda que mereces también estar bien más allá de eso. La música puede ser luz, pero tú eres quien la enciende.